Maria Valentina Camacaro
Según, BARRERA.(2001).CUANDO LLEGAN LOS FRANCESES, Las abdicaciones
de Bayona fueron las renuncias sucesivas de Fernando VII y Carlos IV al
trono de España en favor finalmente de José Bonaparte, en 1808.
Carlos IV afirma que la renuncia al trono producida tras el
motín de Aranjuez es nula y exige la devolución de los derechos que ahora
ostenta su hijo Fernando VII, mientras negocia con Napoleón la entrega de estos
derechos a cambio de asilo político en Francia para él, su mujer y su favorito
Manuel Godoy; así como una sustanciosa pensión (30 millones de reales anual).
Podría decirse que se disponía a vender España a Napoleón.
Con la excusa de solucionar el enfrentamiento entre Carlos
IV y Fernando VII, Napoleón convoca a ambos en la ciudad francesa de Bayona.
Una vez reunidos, ordena a Fernando reconocer a su padre como rey legítimo. A
cambio, le promete la entrega de un castillo y una pensión anual de cuatro
millones de reales. A continuación de esta nueva abdicación, se produce la de
Carlos IV en el propio Napoleón, quien cede la corona a su hermano, José
Bonaparte, que reinaría en España como José I.
Las abdicaciones de Bayona no constituyeron únicamente un
cambio dinástico. En una proclama a los españoles el 25 de mayo, Napoleón
proclama que España se encuentra frente a un cambio de régimen, con los
beneficios de una Constitución sin necesidad de una revolución previa. A
continuación, Napoleón convoca en Bayona una asamblea de notables españoles, la
Junta española de Bayona. Aunque la asamblea es un fracaso para Napoleón (sólo
acuden 75 de los 150 notables previstos), en nueve sesiones debaten el proyecto
de constitución preparado por Napoleón y, con escasas rectificaciones, aprueban
en julio de 1808 la Constitución de Bayona (que realmente era un
Estatuto, al no emanar de aquellos a quienes iba dirigida).